miércoles, 7 de diciembre de 2016

HISTORIA DE CHINAMECA.
La conquista de Chinameca y pueblos indígenas comarcanos fue llevada a cabo por colonos de la villa de San Salvador, a principios de 1529, quienes, según el testigo ocular don Pedro Ceron, "fueron a conquistar la provincia e tierras que llamaban Popocatepet, que ahora la llaman provinzia de San Miguel, que estaba alzada e de guerra". Ese nombre, Popocatepet, que los españoles daban a la región traslempina salvadoreña, significa en idioma pipilnáhuat "cerro que humea", de popoca, echar humo, y tepet, cerro; etimología que alude, indudablemente, a los ausoles, infiernillos o fumarolas de la Sierra de Chinameca, en constante actividad, de los cuales los principales son los de Chambolo, Loma Alta, El Hervidero, La Vieja, Aguas Tibias, Limoncillos, Choyo y otros. En 1549 Chinameca tenía unos 600 habitantes. En 1740 San Juan Chinameca tenía 28 indios tributarios o jefes de familia, es decir, alrededor de 140 habitantes, según el alcalde mayor de San Salvador don Manuel de Gálvez Corral. En 1770 este pueblo figura como anejo de la parroquia de Usulután y con una poblaci6n de 252 personas distribuidas en 40 familias. Años antes había residido en esta población, en concepto de coadjutor, el cura José Sim6n Severino de Zepeda, quien había obtenido licencia del ex arzobispo Figueredo, refiere el arzobispo don Pedro Cortés y Larraz, "para entender en la fábrica de la Iglesia," quien "tomo varios bienes de las Cofradías a este efecto y gan6 a los indios para que le cedieran los ejidos del pueblo". "De nada present6 cuenta -agrega-, pero debiendo suponer que fue pobre y sin caudal alguno a dicho pueblo, tiene (hoy) caballerías, tercios de tinta y comercio, y aunque se puso efectivamente a construir la Iglesia, estando ya adelantada, se la derribó el Coadjutor (presbítero Nicolás) Andurain, no averigué con qué orden, pero sí con qué pretexto, y fue el que se construyó sin arte y con' peligro de caerse". Por esta época no había escuela de primeras letras en Chinameca, pero sí un fiscal doctrina que enseñaba a los niños aborígenes la doctrina cristiana. En 1786 Chinameca ingresó, como pueblo del partido de San Miguel, en la Intendencia de San Salvador.
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El 12 de diciembre de 1822 Chinameca presenció la altivez de las tropas republicanas de San Salvador, a las órdenes del prócer don Manuel José Arce, ante las tropas imperialistas que capitaneaba Martínez, quien, "situado en una posición ventajosísima -dice el testigo ocular coronel Rafael Castillo-, lo vio impávido (a Arce) marchar delante de sus filas, siendo ésta la causa por qué aterrorizado abandonó el campo y se puso en vergonzosa fuga". . Al crearse el departamento de San Miguel por Ley Constitucional de 12 de junio de 1824, el pueblo de Chinameca quedó incorporado en esta unidad de la primera división administrativa republicana de El Salvador. Por Ley del 5 de marzo de 1827 se creó, desmembrando su territorio del partido de San Miguel, el partido o distrito de Chinameca, constituido por las poblaciones de este nombre, Lolotique, Jucuapa, Tecapa (hoy Alegría), Zapotitán, Estanzuelas y San Buenaventura. El 6 de agosto de 1828 el brigadier don Manuel de Arzú ocupó la plaza de Chinameca con 1,500 soldados federales y destacó al coronel don Vicente Domínguez en persecución del general don Francisco Morazán, mientras él se trasladaba a San Miguel. EllO del mismo mes y año Arzú volvió a ocupar esta población.
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martes, 6 de diciembre de 2016

CERRO EL PACAYAL Y SU HISTORIA.
Muchísimo antes que el Gigantesco Chaparrastique emergiera de las profundidades de la tierra; cuando los dinosaurios eran los amos del tercer planeta y nuestro mundo aun era un joven e impetuoso, se erguía majestuoso El cerro El Pacayal, como un soberbio volcán que regurgitaba las entrañas mismas de la tierra dando forma al paisaje que le rodeaba.
Ubicado en el departamento de San Miguel, ahora Yace dormido bajo una sabana verde de vegetación.
Se eleva en su parte más alta (El Ciprés) a 1,200 metros sobre el nivel del mar, justamente donde las compañías de telefonía celular y las radioemisoras han colocado un puñado de antenas. Tiene un diámetro de casi 3 kilómetros y durante la estación lluviosa se forma una pequeña laguna, que hace unos 75 años más o menos no se secaba nunca. De profundidad tiene 155 metros.
Para rodearlo caminando a paso de treintañero citadino les tomara unas 5 horas más o menos, eso sí, deberán llevar bloqueador solar, y un buen sombrero, porque aunque aquí el clima es muy fresco, es eso precisamente lo que hace que no se sienta el calor de los rayos ultravioletas y es muy fácil quemarse la piel. Por las noches la temperatura baja casi hasta el 0º centígrado.
Mientras se rodea el impresionante cono volcánico, se van encontrando distintas haciendas cafetaleras, entre ellas, El rosal, El pacayal, La florida, San Isidro y otras que no recuerdo.
Por ser una zona cafetalera, abundan los árboles frutales, como: Mangos, nacaspilos, paternas, Matasanos, manzanas pedorras, marañón japonés, naranjos, jocotes, zapotes, cocos, pepetos, aguacates mamones, nance y otros.
Tiene una fauna variada, donde las aves son uno de los mayores atractivos, si el turista camina en silencio podrá ver algunas especies de Trogones (familia de los quetzales) y Tucanes de pico verde, conocidos aquí como “Navajuelos”, amén de los torogoces que atraviesan a cada momento el camino como flechas de lapislázuli y esmeralda. También he podido ver, “almas de perro” chiltotas, ala blanca, gallinas salvajes y otras que no sé como se llaman.
Lejos, en la finca “La Florida,” en los más remotos parajes se pasean entre las ramas de los “Matasanos” una pequeña familia de monos Capuchinos, traídos por un antiguo dueño de la hacienda hace casi 100 años, los cuales solamente una vez he podido ver y a una distancia de casi 50 metros, porque son muy escurridizos.
Entre los mayores depredadores de la zona están los gatos de monte, y las Masacuatas. También hay Micas, Crótalos y coralillos.
Para su deleite dejo unas fotografías de mi último paseo por la zona